La desestiba

En un paseo campestre una fría mañana de domingo me topé por casualidad con una casa abandonada que resultó pertenecer a un artista fallecido hace casi medio siglo.

La experiencia de transitar las estancias y los restos de lo que fue su vida me conmovieron al punto de obsesionarme con la idea de conocer su identidad, lo que supuso dos años de investigación, visitas, cientos de fotografías y un amplio archivo de objetos recuperados.​

El proceso creativo fue derivando del propósito de honrar su memoria a una suerte de tributo a la figura genérica del artista olvidado, a través de la intervención de esos objetos rescatados del vandalismo y el tiempo.​

Concebido originalmente como una propuesta expositiva donde fotografía y escultura conviviesen, el ingente material fotográfico acumulado y la necesidad de unificar estos dos años de trabajo en una propuesta narrativa, me llevaron a explorar las posibilidades del fotolibro.​

Éste se divide en dos partes: la primera, donde predominan las fotografías en blanco y negro, muestra la casa y el taller a través de sus distintas dependencias tal cual se encontraron, con medios fotográficos precarios, limitaciones de luz y otros merodeadores espontáneos a la zaga. En la segunda, principalmente realizadas en estudio, se muestran algunos objetos recuperados, intervenidos, o creaciones derivados de éstos. Página a página se va construyendo un retrato caleidoscópico del artista en el que la diferencia entre lo real y lo sublimado se desdibuja.​

El libro se completa con una serie de elementos tangibles para incidir en la relevancia de la materialidad del objet trouvé y su concepto como vehículo contenedor de memoria, todo ello recogido en una austera de cartón  que asemeja en cierto sentido la experiencia a la que hace referencia el título del libro.