La Línea Blanca – The White Line

Los lugares que el ser humano no ha podido conquistar y moldear a su gusto, son paradójicamente en los que puede ser libre y reencontrarse con su identidad. En este sentido, el Ártico es uno de los lugares más inaccesibles donde volver a las raíces de la naturaleza humana.

Un gigantesco desierto de hielo se extiende, inhóspito y enigmático, con una belleza intacta. Donde la tierra y el cielo se funden.

El mundo infinito del Ártico, contrasta con la insignificancia del ser humano. Un silencio imponente inunda todo, proporcionando una profunda paz y la conciencia de estar vivo.

Los pueblos que habitan el Ártico, poseen la serenidad y sencillez original del ser humano, viven conectados a la naturaleza, lejos de las normas que rigen el mundo industrializado. La naturaleza les ofrece todo lo que necesitan.

El paisaje blanco sin sombras, enseña de nuevo a mirar, a descubrir cada detalle de esa tierra indomable. Donde solo siguiendo las leyes de la naturaleza se puede sobrevivir.

Fotografías tomadas entre los años 2016 y 2019 en el Círculo Polar Ártico, en las regiones de Kulusuk y Qaanaaq en Groenlandia, Yamalia en Siberia, y Laponia Noruega y Finlandesa.