ROUTE TO MOTHERLAND

ROUTE TO MOTHERLAND es una publicación hecha a mano que relata un viaje por la isla de Tenerife, y el encuentro de una persona con un territorio tanto geográfico como personal.

De Tenerife, solo tenía imágenes mentales basadas en las historias que me contaron años atrás unos estudiantes canarios. Me comentaron microclimas, geografía, topografía, cultura local, turismo, pero sobre todo todos le daban mucha importancia a la montaña: el Teide. Pensé que era como una adoración. Desde entonces, he sentido un gran anhelo de visitar esta isla y encontrarme con el volcán, lo que finalmente sucedió más de una decada después.

De alguna manera, a pesar del ambiente turístico y las zonas urbanizadas, Tenerife me hizo sentir cómoda. Desde la suavidad tropical que abraza y la bruma secreta que da la bienvenida al visitante al salir del avión, hasta los viejos árboles endémicos y las playas volcánicas negras, su belleza es tan inusual como múltiple. Hay rarezas y naturaleza salvaje, algo así como un territorio antiguo. Y, por extraño que parezca, me sentí en casa sin siquiera conocer el lugar, sobre todo mientras descubrí el Parque Nacional del Teide.

Me pareció un lugar primitivo, donde podía averiguar qué era la Tierra hace millones de años y cómo se originó la vida. Como isla volcánica, Tenerife tiene una actividad telúrica, que no solo es visible físicamente, sino que le da una atmósfera especial, instando al visitante a reducir la velocidad, observar y sentir su energía.

Contemplando el paisaje, comencé a percibir que yo también formaba parte de este universo, un elemento diminuto en una enorme cadena global, con mi propia energía creativa, como ser humano, como hermana, hija y madre, con mi propia cámara magmática, cíclica, periodos de actividad y descanso, y capacidad de dar vida y muerte.

No pude evitar relacionarme fuertemente con este poderoso lugar. Allí, de alguna manera, eché raíces y encontré mi ecofeminismo.