Este proyecto que parte de un referente visual y experiencial, ubicado en el verano de 1997, en la localidad de la Costa Blanca llamado Benidorm.

Muchos años de mi infancia veranee con mis abuelos en una localidad cercana de la misma costa y en la misma época.

Aquella experiencia me ha dejado un poso visual del que nacen las situaciones construidas en estas imágenes a través de la inteligencia artificial, jugando con los límites de lo real y lo ficticio, lo espontáneo y lo construido, la verdad y la mentira.

Este proyecto destaca los principales aspectos que construyen esta población y cómo se ha convertido en un lugar donde se derrocha opulencia y aftersun.

La columna vertebral que abraza a esta serie de imágenes es la representación iconográfica de los delfines en lugares de veraneo, aderezado con multitudes, turismo frenético y lujo.

El resultado final pretende trasladar al espectador a una época en la que numerosas personas de 112 nacionalidades acudían en su etapa vacacional a habitar lo denominado como El Nueva York del Mediterráneo.