El nombre de mi madre es niebla
Rocío Eslava
El Disparate
El proyecto se construye a través de una serie de derivas e impulsos a lo largo de más de cuatro años en los que la toma fotográfica funciona como vía de escape ante una situación de crisis cuando vuelvo al hogar familiar a cuidar a mi madre que sufre un ictus.
La conversación con ese archivo de imágenes me hace ser consciente de fuertes transformaciones y procesos que viví mientras acompañaba a mi madre, durante este desahogo intuitivo con la cámara y que aluden a cuestiones tales como la pérdida o transformación de la figura materna; la vuelta a los paisajes de la infancia; la naturaleza como parte de la composición del ser; el valor terapéutico de la fotografía; el desarrollo del proyecto como herramienta de descubrimiento introspectivo.
Los paisajes y retratos funcionan como contenedores de emociones fruto de búsquedas, encuentros y necesidades. El libro pretende evocar un tránsito del miedo al amor a través de la evolución de la luz y los simbolismos de las propias imágenes y las decisiones de secuenciación y maquetación.
