Huellas, memoria y tiempo es un relato fotográfico de un viaje …… Un viaje inacabado.
Un viaje lleno de huellas, memoria y tiempo recogido en un libro que Leslie Osterling comienza hace 20 años, en 1999, y prosigue desde entonces a lo largo de nuestro planeta Bolivia, Estados Unidos, Cuba, Argentina, Chile, Francia. España, Islas Fiji y -por supuesto- Perú.
Fragmento de texto José María Díaz-Maroto:
"La fotografía de viaje comenzó principalmente como una forma en la que aquellos privilegiados que realizaban expediciones y exploraciones, podría mostrar al resto de la sociedad, las curiosidades y maravillas de otros mundos lejanos y distintos. La necesidad del ser humano por conocer el semblante de indígenas de otros lugares, ruinas antiguas, construcciones insólitas y demás sitios arcaicos, se sufragaba a través de las imágenes que estos fotógrafos aventureros capturaron.
Pero el propio viaje también es una forma de expresión y fuente de inspiración interminable, a lo largo de la historia de la fotografía el camino, el propio viaje, ha propiciado algunos de los mejores trabajos editoriales como por ejemplo “Los americanos” de Robert Frank [1] que sigue siendo para las nuevas generaciones de fotógrafos documentales el libro de cabecera.
Y las vivencias e instantes que proporciona la experiencia de viajar es lo que nos transmiten las imágenes de Leslie Osterling que irrumpen en las páginas de este libro.
El resultado de esta selección es algo más que una sucesión de imágenes bien ordenadas con criterios objetivos, dado que al hacer su composición he perseguido, historia, reportaje cotidiano, humanidad, calidez y paisaje, pero sin caer en lo exótico por exótico y en lo simplemente lejano por ser lejano. La publicación abarca un amplio espectro con diferentes formas de ver reunidas ante un mismo hilo conductor, “la huella humana, la memoria y el tiempo” .
El intimismo, la vida familiar, lo personal, en definitiva, aquello que se intuye pero que no somos capaces de ver en una primera lectura está representado de forma precisa en el trabajo de Leslie Osterling. En muchas ocasiones, una disposición de doble mirada es el mecanismo más particular de una buena fotografía. Una visión actual sobre lo simulado, el refinamiento de lo indeterminado y la naturalidad de lo ordinario, nos conduce perpetuamente a la reflexión. Intuyo en las obras de Leslie un grado de honestidad para imponer y lograr de forma concreta la comprobación de su autoría y poder de esta forma suscribir el anhelado estilo.Un matiz pulcro hasta el mínimo detalle, una forma de encuadrar firme y directa prescindiendo de confusas angulaciones, rehuyendo del efectismo y buscando la verdad de su estable mirada.